Perdí a mi mejor amigo hace cinco años, debido a un repentino ataque al corazón. Esto es lo que he aprendido:
- No hay hoja de ruta. Cómo te lamentas y lloras es cómo lamentas y lamentas. Cualquiera que te diga que lo estás haciendo mal, está equivocado.
- Nunca lo superarás. Siempre los extrañará, levante el teléfono para llamarlos y recibirá una nueva ola de dolor. Cada vez.
- Siempre llorarás, pero no siempre llorarás. No puedo reconocerlo, porque vino de un querido amigo que perdió a su esposa. La pena es una sensación de pérdida. El luto es la expresión activa (o, a menudo, inactiva) de esa pérdida. No sé cómo estás de luto, pero para mí … me callé. Levanté mis paredes. Se hundió en una profunda depresión que tardó años en salir. Llegó un día cuando miré a mi alrededor y pensé: “Lo perdí, pero sigo vivo y necesito vivir”.
- Está bien, e incluso bueno, reír. No significa que no los extrañe tanto, no significa que esté olvidando el dolor profundo. Significa que eres humano y vivo.
- El mundo siempre será diferente para ti, y puedes sentirte enojado porque otras personas no lo vean. Está bien. El mundo continúa, y tú también … acabas de cambiar.
- Habla con tu amigo. No importa cuál sea su sistema de creencias, solo hable con ellos. Escribirles a ellos.
- Reconozca que hay personas a su alrededor que, si bien no son su mejor amigo, siguen siendo su amigo. Atesorarlos
La pena es el amor con ningún lugar al que ir. Envíalo. Y recuerda que no estás solo.