El concepto principal a recordar es que debe ser paciente y abierto.
Primero, sé inquisitivo, pero no te pongas fuerte. Demuéstrele a la persona tímida en cuestión que está interesado en ellos, validándolos así, pero no sea tan curioso como para intimidarlos. En su lugar, exprese claramente su interés, luego espere un signo de reciprocidad. Si no funciona inmediatamente, repita con moderación.
Una vez que haya establecido alguna rutina regular de contacto, asegúrese de escuchar y entender siempre lo que dice la persona tímida. Me gustaría enfatizar la importancia de asegurarle que encuentre valor en sus comentarios y palabras, sin importar cuán pequeño o aparentemente trivial lo encuentre personalmente. Su respuesta a sus opiniones debe ser positiva y positiva. Evita el juicio, pero no pongas un frente falso.
Dale a la persona tímida una razón para hablar contigo. Él o ella debe tener alguna motivación para acercarse a usted, ya sea porque usted se establece como confidente o amigo, alguien con intereses similares, o alguien con quien él o ella debe interactuar por necesidad de un trabajo u otra cosa. Haz que esas interacciones sean fáciles y placenteras.
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Constantemente imagínate en sus zapatos.
Buena suerte.