La falacia de los costos hundidos describe situaciones en las que las personas toman decisiones irracionales porque no pueden analizar adecuadamente los costos marginales y los beneficios marginales de una acción. En la vida real, esta falacia es bastante frecuente. Como anécdota, mi madre es una víctima inocente ya menudo. A continuación se presentan algunas de las cosas que ella hace o nos dice que hagan que encajen con la falacia:
- Ella sigue viendo películas malas porque pagó por ellas y están “casi terminadas”.
- Ella come todo en su plato, incluso cuando está llena.
- Mantiene el stock después de que el valor haya caído y ya no cree que sea una buena inversión.
- Ella permanece en relaciones comerciales mucho tiempo después de lo que quiere o tiene sentido financieramente porque ya ha comprometido X horas.
Otros ejemplos no relacionados con mi madre incluyen:
- Continuando con una tesis doctoral deficiente cuando ya no tiene sentido
- Pinta tus paredes de rojo cuando las querías pintadas de azul porque ya tienes pintura roja
- Apostar el resto de tu dinero porque ya has perdido mucho.
- Arruinando completamente tu dieta porque ya lo arruinaste más temprano hoy.