Creo que hay un cierto grado en el que deberíamos tratar de ser objetivos.
E idealmente, podemos ser conscientes de las formas en que nuestras creencias y sub-creencias se ven coloreadas o sesgadas por nuestras historias y emociones.
Creo que, sobre todo, tenemos que tener la capacidad de sentir empatía hacia el otro lado lo suficiente como para darnos cuenta de las preocupaciones genuinas que presentan, y tomarlas en serio.