Los comentarios bienintencionados como “no puedes estar triste, tienes todo por lo que vivir” y los groseros como “recomponerte” y “salir de esto” son totalmente inútiles.
Una persona deprimida no tiene la capacidad de “salir de ella”.
Nadie elige estar deprimido o gana algo con los síntomas, y si solo pudieran “salir de eso”, ciertamente lo harían. La sensibilidad y la paciencia son primordiales.
Ofreciendo apoyo
Comience hablando con la persona deprimida sobre sus problemas y sentimientos. Acérquese con simpatía y escuche atentamente, incluso si lo que le dicen es evidentemente falso o doloroso.
Trate de no ofrecer consejos insulsos, sin fundamento o sin complicaciones, y aliéntelos a hablar con su médico de cabecera. Acepte la forma en que ven el mundo en este momento; no podrá cambiar su estado de ánimo a través de argumentos lógicos, por mucho que quiera.
Sin embargo, asegúreles que el tratamiento médico es muy efectivo y que realmente hay luz al final del túnel. Una vez que haya hablado, manténgase en contacto regular, esté disponible y vea si hay alguna ayuda práctica que pueda proporcionar en este momento.
Acompáñelos a la cita con el médico si le ayuda, pero no se sienta tentado a asumir el control por completo: una persona con depresión tendrá que tomar las decisiones por sí mismas nuevamente tan pronto como sea posible.
Monitoreando el progreso
Recuerde que el paciente tardará el mismo tiempo en recuperarse, ya que puede haberse deprimido gradualmente. Así que mantén un ojo en ellos con frecuencia y evalúa el progreso.
Si le preocupa que hayan empeorado, llame a su médico.
También puede estar en una buena posición para hacer más citas, recolectar y entregar recetas, repartir la cantidad correcta de tabletas, observar cualquier efecto secundario y reforzar cualquier psicoterapia en curso.
Si bien el tratamiento médico es mejor dejarlo en manos de los médicos, no hay ninguna razón por la cual un cuidador no pueda introducir al paciente a terapias complementarias si es apropiado.
La hierba de San Juan es uno de los remedios herbales mejor investigados, con alguna evidencia razonable que respalda su uso en la depresión. Sin embargo, las directrices actuales de NICE no recomiendan su uso debido a las preocupaciones actuales sobre las dosis apropiadas, la duración del efecto, la variación en las preparaciones y el potencial de interacciones farmacológicas graves.
La terapia con mascotas, la reflexología y la aromaterapia, por ejemplo, son excelentes maneras de relajarse, además de ser suaves y seguras.
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