Personalmente, creo que es una maldición y una bendición al mismo tiempo.
Pensar en algún problema profundamente, sobre todo lo que requiere un enfoque lógico o analítico, le permite establecerse en mi subconsciente y proponer soluciones relevantes o incluso en el modo de pensamiento consciente.
Considerando que, si pienso demasiado en las preocupaciones emocionales, generalmente terminan empeorando las cosas en su propia mente de lo que realmente son, haciéndolo innecesariamente deprimido y preocupado por nada.
Además, empiezas a crear motivos imaginarios detrás de las acciones de alguien y a tomar decisiones estúpidas con respecto a tus reacciones.
¡Molesto, esta cosa de pensar!