La experiencia lo hace más fácil. Mirarla de reojo es una cosa. Hazlo demasiado y es espeluznante, sin embargo.
¿Por qué no solo ir a hablar con ellos? ¿Por qué recurrir a mirar, cuando podrías estar abrazando y besando?
🙂 Por suerte, mi enamoramiento vive conmigo, ¡y no tengo este problema! Estoy invitado a echarle un vistazo en cualquier momento que quiera.