En Shanghai fue difícil no notar el uso aparentemente sin ley de los scooters: en las aceras, pasando las luces rojas, conduciendo en dirección opuesta al tráfico en calles / aceras, etc. Todo esto tuvo lugar frente a la policía que no tomó ninguna medida. ¿Por qué es esto?

Dado el sistema y la práctica política socialista y no democrática de China, el Estado utiliza la ley como un instrumento para el control social. Según Lon Fuller, el estado de derecho existe en una sociedad cuando las leyes de esa sociedad son “generales, públicas, prospectivas, claras, coherentes, capaces de ser seguidas, estables y aplicadas”. En China, las redes sociales casi siempre tienen prioridad sobre la claridad, la coherencia y la aplicación. Hay poca motivación para hacer cumplir las leyes que no amenazan al estado, incluso si pueden amenazar la seguridad pública. Debido a esta aplicación inconsistente, la mayoría de los chinos, especialmente los individuos ricos y muy conectados, tienen poco miedo de la policía, a menudo tratándolos con falta de respeto.
La aplicación de las leyes de tránsito y los códigos de comportamiento público (por ejemplo, regulaciones contra escupir al público, micción pública / defecación) mejora justo antes y durante los eventos internacionales, como los Juegos Olímpicos. Esto no se hace para mejorar las vidas de los residentes chinos, sino para salvar la “cara” y la reputación ante una audiencia global.