Como ex periodista, le puedo decir esto: venden miedo y NOSOTROS lo compramos por la carga del cubo.
Esta es una historia real sobre mis primeros días en el periodismo. Le pregunté a mi editor por qué siempre teníamos que cubrir malas noticias. Era un gran chico y le gustaba enseñar. Así que él dijo, muchacho universitario, escribe tu corazón para la edición del viernes. Cubra todas las buenas noticias que pueda y, si está lista para imprimir, la publicaremos. Bueno, yo hice eso. Escribí mi corazón y lo enviamos.
La semana siguiente no tuvimos una gran noticia. Mi editor dijo, es hora de una lección de vida. Realmente no tenemos nada que imprimir, así que busquemos el cable. Encontró una historia sobre abejas africanizadas que fueron descubiertas un par de horas al norte de nosotros. Publicó la historia sustituyendo al asesino por africanizado.
¿Adivina qué pasó?
- ¿Hay un gran comportamiento extraño o perturbador en Japón?
- ¿Qué métodos y frases han sido tan exagerados por el personal de ventas que realmente tienen un valor neto negativo?
- ¿Cuáles son ejemplos de comportamiento inmaduro en que participan los quoranos?
- Cómo conseguir consistencia en la creación de nuevos hábitos.
- Me he vuelto perezoso y me falta motivación. ¿Qué tengo que hacer?
Esa edición vendió un 40% más que la mía.
Por lo tanto, es un problema complejo: la oferta y la demanda reciben una enorme indignación social por entregar lo que la gente paga.
Es como ir a una tienda de sándwiches y gritarle al servidor por darte un sándwich de jamón. Él / Ella se detiene, dice que está bien, pero pensé que lo pediste? Yo si. Yo si. Lo odio. Quiero otro. ¿Qué estás esperando? Quiero otro.
No mires ahora, hay una babosa Washingtonizada que se arrastra hacia tu jardín local. Está viniendo. Muy lentamente. Deberíamos poder imprimir un par de cientos de historias antes de que llegue a Oregon.
PD
La parte del cerebro que busca problemas / peligro es la amígdala. Una vez estresados o en peligro, parte del cerebro se dispara sin parar. Mi teoría es que nos comemos esta fatalidad y tristeza porque estamos tratando de saciar ese impulso constante e implacable para ver qué está mal. La ironía es que no está en el periódico ni en las noticias. El problema es el quién / qué está leyendo.