No es que estén equivocados, tal vez la situación en la que estamos está mal. A veces, las cosas nos suceden demasiado pronto de lo que esperamos, y eso resulta perjudicial para nosotros de una manera psicológica.
Todo lo que brilla no es oro, ¿verdad?
Pero todavía nos enamoramos de ese encanto porque nos complace por el momento. Solo pensamos en el presente y lo que nos conviene y lo que es beneficioso para nosotros en ese momento. A menudo caemos en una falsa sensación de seguridad creada por otros, lo que nos confunde al decir que otros nos han engañado, pero el hecho es que fue nuestra elección, en primer lugar, hacernos adictos.
Todos necesitamos un hombro para apoyar nuestra cabeza y, sin pensarlo dos veces, elegimos lo mejor que tenemos a nuestro alrededor, sin siquiera contemplar los efectos secundarios de tales acciones. Nos guiamos al camino de la destrucción y culpamos a los demás.
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Las personas a menudo se enamoran de la estética exterior en lugar de la sensibilidad estética. No pensamos en las repercusiones de nuestras acciones.
Se trata de nuestras elecciones. Elegimos ser encantados por las personas equivocadas en nuestra vida porque, aparentemente, no importa lo atractivas que sean, no son para nosotros. A veces es culpa nuestra, a veces simplemente tenemos mala suerte.