La gente odia los matices porque es difícil de entender. Hace las cosas inciertas. No puede organizar con claridad ideas matizadas y no puede clasificar a las personas fácilmente cuando sus creencias tienen matices. Esto se vuelve frustrante para las mentes simples.
Dicho esto, no todos odian los matices. Algunos aman la complejidad y disfrutan de la delicadeza necesaria para navegar por los detalles sutiles de las personas, las ideas o el arte.