“Debería” no es una palabra que me guste usar. Reaccionas como reaccionas. Hay diferentes grados de cómo reaccionar, pero solo tú tienes control sobre ti.
Puede despedir al terapeuta, irse, interrumpir la terapia, quedarse con ella o enfrentarla y seguir adelante.
Depende de usted cómo desea reaccionar.
Pregúntese algunas cosas cuando perciba que su terapeuta ha hecho algo que le parece ofensivo:
- ¿Le importa o no importa lo que piense la gente?
- ¿Por qué la gente de México es más enérgica y alegre que sus vecinos, los estadounidenses?
- Cómo realizar un seguimiento de todas las formas en que los actos de amabilidad se pueden caracterizar como tener mala intención o maldad
- ¿Son los políticos y los que económicamente sostienen a costa de todos los demás la verdadera burguesía?
- ¿Por qué algunas personas nunca pueden admitir estar o hacer algo malo?
- ¿Esto está sucediendo realmente? Haga un balance de lo que acaba de suceder. ¿Esa persona realmente tenía la intención de ser poco profesional y crítica? Si lo es, entonces puedes decidir cómo quieres enfrentarlo.
- ¿Es esto algo que me importa? ¿De verdad te importa lo que esta otra persona piense de ti?
- ¿Vale la pena hablar? Por lo general, creo que vale la pena decir algo, pero no eres yo y las cosas pueden ser diferentes para ti.
Un momento como este puede ser una oportunidad de crecimiento. Simplemente decir: “Me parece que su comportamiento es inaceptable y poco profesional”, es suficiente para iniciar una conversación. En última instancia, no puede controlar cómo se comportan los demás, solo puede controlar cómo reacciona ante ellos.
Una vez tuve un terapeuta que fue crítico. La llamé y le dije que no estaba en posición de juzgar. Lo discutimos. Me horroricé por su nivel de actitud defensiva. Así que terminé nuestra sesión y me fui, forzándome a mantener la calma y controlar mi temperamento. Estaba superando los problemas de la ira y sabía que las cosas podrían empeorar si dejaba que la rabia sacara lo mejor de mí.
Terminé la terapia con ella unos días después de haberme calmado. Le dije que no sentía que fuera efectiva como terapeuta (al menos para mí) y que se portara mal, y que registraría una queja formal ante su asociación profesional. Ella se disculpó por la forma en que habló, y decidí no denunciarla, ya que en ese momento habría sido punitivo. Parecía sinceramente reflexiva de su mala elección de palabras, y sentí que la próxima vez sería más consciente de sí misma. Puedo dormir por la noche con las elecciones que hice.
Y eso es algo que debe preguntarse: ¿puede dormir por la noche con las elecciones que ha tomado? Deja que tu terapeuta se preocupe por su propio comportamiento. Te ocupas de ti.