A menos que le cueste la vida a alguien, solo permítales cometer los grandes errores que necesitan cometer para ser humildes por la vida. Si quieren hacerlo a su manera y le cuestan a la empresa grandes contratos o multas, permítales tenerlo.
La paciencia es una virtud. La arrogancia no es una aflicción de por vida. Si eres paciente, podrás verlos caer de bruces, sufrir una enfermedad, divorcio, pena, vergüenza, una promoción que no pueden manejar y, a veces, la pérdida de empleo.
Haga su trabajo a un nivel con el que esté satisfecho y no compita con la arrogancia. Tú perderás.
Desafíate a ti mismo para competir con las personas que realmente admiras, y el crecimiento que experimentes siempre será una victoria.