Depende de donde estes. En algunos países como Bélgica, sería muy inusual. La gente en el autobús es más silenciosa que en la iglesia. En Italia, todos hablan y gritan, y uno pensaría que acaba de ocurrir un accidente. En el Medio Oriente, no debes hablar con una persona del otro sexo porque no sabes cuáles son las reglas que siguen.
Soy un hablador, siempre hablo. Es fácil ver si la persona está contenta (participa en una conversación) o no está satisfecha (una respuesta corta, mira de inmediato por la ventana, se endereza). Donde quiera que vaya, las personas que quieren hablar o hacer preguntas me hablan: supongo que no estoy amenazando. Incluso los perros me siguen para una pequeña charla.