Es una vieja cosa social. Realmente no quieren saber, y seguramente no quieren involucrarse. Quieren “charla feliz” sobre nada de lo que importa.
Le sugiero que busque fuentes para lo que le molesta y hable con ellos: ministros, médicos, consejeros, terapeutas, grupos de autoayuda. A veces los extraños tienen la mayor compasión porque realmente SÍ entienden.