Muchas personas inteligentes que conozco tienden a exhibir lo siguiente:
Hablar menos, escuchar más: no solo escuchar las palabras, sino analizar lo que están escuchando. Casi se puede ver la información que se procesa en sus mentes. Sus palabras parecen elegidas con precisión para cada interacción.
Nunca lo pensé de esa manera: las personas inteligentes tienden a lanzarte ideas y soluciones que te hacen decir “Nunca lo pensé de esa manera”. Parecen ver situaciones desde ángulos únicos.
Control emocional: control de las reacciones instintivas ante situaciones potencialmente frustrantes. En lugar de revolcarse en la autocompasión, tienden a identificar resoluciones realistas y a sopesar los posibles resultados de cada decisión. No pierden el tiempo con la actitud de “pobre de mí”.
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Mentalidad abierta: defenderán sus ideas con vehemencia pero cambiarán su postura cuando se presente información nueva y confiable.
Naturaleza inquisitiva – ¿Por qué XYZ funciona de esa manera? Lo siguiente que sabes es que tienen una pila de libros de texto para aprender los aspectos básicos de una idea o proceso. Tienen un deseo intenso de aprender detalles finos.
Comprenda a su audiencia: las personas inteligentes pueden aumentar o atenuar la complejidad en función de su audiencia.