Existe la presunción de que existe un elemento de preocupación hacia otra persona por su parte, no tienen esta capacidad. Están motivados por sus propias motivaciones internas, desprovistas de cualquier emoción (consciente). Su impulso tiene poco que ver con la compasión o la preocupación por el bienestar de otros, simplemente no es una consideración. Su juego final los impulsa incluso si esa cosa, deseo o deseo les parece a los demás pequeños o grandes, si lo desean, se ven obligados a obtenerlo por lo que sea necesario. Podría ser manipulación, mentiras, agendas ocultas, simulación, lo que sea necesario para cumplir, satisfacer o lograr ese resultado. Han observado, han aprendido y practicado cómo comportarse como si les importara, pero es simplemente hacer lo que sea necesario para obtener lo que buscan.
Ellos no pueden evitarlo. Nacieron sin la capacidad de sentir por los demás. No hay cura, no podemos amarla ni obligarla a ser diferente.