Hoy, me acordé de lo de abajo.
La mente humana es un complejo sistema de pensamientos, pensamientos y pensamientos. Y en el momento en que algo sale mal, tiene el poder abrumador de lloriquear sobre él, flotar sobre él, negándose a enfocar su atención. En ese momento sentimos que es el fin del mundo, el insomnio se arrastra y la gran pregunta “¿Por qué yo?” se despierta como un monstruo que despierta de su sueño. No vemos el final del túnel … sentimos que no va a terminar … Ese es el momento en el que tenemos que decirnos una y otra vez: ‘Esto también pasará’ … porque definitivamente pasará. En lugar de rechinar los dientes contra la persona o la situación que causa la desdicha, podemos concentrarnos muy bien en nuestra recuperación. Podemos involucrarnos en cosas que nos hacen felices. Hacer que la vida de alguien más sea miserable solo porque te hicieron algo no hace que tu vida sea mejor. Es hora de centrar toda la atención en ti mismo, tu salud física y mental y mejorar tu vida. Me he encontrado con gente desesperada y he encontrado que una o dos palabras con compasión y empatía pueden hacer que vuelvan a la normalidad. Puede que no sea drástico, de la noche a la mañana, pero la fuerte creencia de que ‘Esto también pasará’ puede hacer magia. Recuerdo un verso de Bhagavat gita en este momento.
uddhared atmanatmanam
natmanam avasadayet
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atmaiva hy atmano bandhur
atmaiva ripur atmanah
“Uno debe entregarse con la ayuda de su mente, y no degradarse a sí mismo. La mente es la amiga del alma condicionada, y también su enemigo.
El poder de aceptar la situación y seguir adelante está muy bien ilustrado en Mahabharata por el personaje de Pandavas madre Kunthi devi. Esto fue recitado por Swami Utit Chaitanyaji en su reciente discurso sobre Bhagavat Gita en Singapur y me considero afortunado de escucharlo en persona. Mahabharatha de Veda Vyasa es una epopeya india. Representa la rivalidad entre los hijos de Pandu, los Pandavas y los hijos de Dritharashtra, los Kauravas. Kunthi devi es la madre de Pandavas y Gandhari es la madre de Kauravas. La historia lleva a la guerra de 18 días llamada Kurukshethra, donde Krishna revela la verdad eterna llamada ‘Bhagavat Gita’ a Arjuna. Los incidentes que son de nuestra importancia aquí ocurren hacia el final de la guerra. Los pandavas, con la ayuda de Krishna, derrotaron a los oponentes uno por uno y, cuando Gandhari se dio cuenta de que el destino no estaba favoreciendo su pedigrí, ella quería darle un favor a su Hijo Duryodhana y le pidió que fuera a buscarla y buscar bendiciones. Krishna al conocer a este Duryodhana persuadido para ir disfrazado y mientras Gandhari estaba transfiriendo el poder adquirido durante años a su hijo, no logra atravesar el vestido usado por él. Gandhari sabe que lo hace nada menos que Krishna. La guerra continúa y en la lucha entre Bhima y Duryodhana, Krishna insinúa a Bhima que golpee a Duryodhana en sus muslos, que no recibió el poder de Gandhari, aunque golpear por debajo de la cintura es contra la ley de la guerra con clubes. Bhima lo hace en consecuencia y mata a Duryodhana. Al ver el estado de su hijo, estar deprimido en la Kurukshethra, incapaz de aceptar lo que sucedió, Gandhari maldice a Krishna con todas sus fuerzas.
Por otro lado, Kunthi Devi tuvo que presenciar a su hijo Arjuna matando a su primera Karna, también con la ayuda de Krishna. Cuando Arujuna viene a buscar su bendición después de la victoria, Kunthi devi no pudo llorar ni sonreír porque uno de sus hijos fue asesinado por otro hijo. Ella y Krishna son las que saben la verdad y cuando ella ve a Krishna, no estalla como Gandhari, en lugar de eso, le rogó a Krishna que diera más miserias en su vida para que ella se acerque más y más a Dios. En momentos de regocijo y felicidad, rara vez pensamos en Dios, pero cuando llega la miseria, buscamos a Dios.
Aquí Gandhari, incapaz de aceptar lo que había sucedido, estalló e hizo su vida tan horrible como la de otras personas. La maldición golpeó mal al personaje Krishna y resultó en borrar todo su pedigrí de la faz de la tierra. Para Kunthi Devi, fue su mente madura y fuerte la que aceptó la realidad y buscó lo mejor de ella en forma de bendición … Sabía que, como las olas en el océano, las cosas van y vienen en la vida, pero al final la pérdida de el océano permanece y cuando llega cada ola, debemos seguir recordándonos que “esto también pasará” … porque definitivamente pasará.