¿Tienes una gestión mala o estúpida en tu trabajo?

Mi jefe se me acercó hace poco y me dijo que ya no podía hacer nada (trabajo en una escuela, por lo que no puedo ser específico), no me habría importado mucho, a pesar de que hace mi trabajo mucho más difícil que tiene que ser, excepto que él me mintió para apoyar su caso, y luego explicó la mentira agregando alguna vieja excusa cansada de por qué.
No es el trabajo extra que me importa, o los desafíos que presenta, es la mentira descarada lo que me ha dejado aturdido, y el hecho de que, como empleador, no necesitaba mentir.
Me recuerdan un viejo adagio, que después de este episodio parece especialmente cierto: “Nunca confíes en un hombre con un apretón de manos débil”, estrecharle la mano es como estrangular a un abadejo muerto.