Algunas personas no son buenos programadores por la misma razón por la que nunca seré un buen artista, un compositor orquestal, un gran cocinero o un granjero: la gente piensa de diferentes maneras, influenciada por sus genes y su entorno, y podemos No todo sea todo. Un desarrollador de software debe pensar con gran lógica y rigor, utilizando una comprensión profunda del problema y los recursos disponibles para crear una solución. Un artista o un compositor, en contraste, imagina lo que no es y lo lleva a la realidad para expresar algo profundo, algo que solo puede ser conocido o comprendido tangencial e intuitivamente, si es que lo hace. De manera similar, un chef utiliza ingredientes y técnicas para sorprendernos y deleitarnos, mientras que al mismo tiempo tiene que trabajar dentro de las reglas de seguridad alimentaria y las limitaciones financieras y de tiempo. Un agricultor utiliza la inteligencia práctica, el conocimiento local y la capacidad de trabajar con animales para producir alimentos.
Vale la pena señalar que la prueba aplicada a los agricultores es tan exacta como la aplicada a los programadores. Si nuestra lógica tiene una falla, nuestros programas producen los resultados incorrectos; si un agricultor hace un mal trabajo, él quiebra y, literalmente, pierde la granja. Debemos respetar a aquellos cuyas inteligencias difieren de las nuestras. La sociedad podría sobrevivir sin programadores y, hasta hace 70 años, hizo exactamente eso; no podría sobrevivir en nada como su forma actual sin los agricultores.