Cambiate a ti mismo. No esperes que él cambie. Cambia porque lo que hiciste dañó la relación. Que se recupere a su propio ritmo. No hagas que tu mejor comportamiento dependa de su perdón.
Escucha mucho más de lo que hablas. No critiques sus emociones y pensamientos. No trates de arreglarlo. Reconoce que el otro lado de la moneda donde vive es diferente a tu lado. No le corresponde a él entender su lado. Depende de usted entender el suyo. Si él dice que eres malo, significa que, a pesar de tus intenciones, lo estás entendiendo como malo. Él reaccionará a su percepción de usted, no a sus intenciones. Pregúntale cómo puedes ser menos cruel. Entonces piensa en ello. Como regla general, no le hagas nada que no le harías a un adulto que te importaba por temor a dañar la relación.