Algunas personas mayores hablan consigo mismas. No solo en Grecia, sino en todos los países del mundo. Y no solo las personas mayores lo hacen. Algunas personas más jóvenes lo hacen también. Hablar con uno mismo es algo que todo humano que normalmente funciona hace. La mayoría de las personas mantienen esta conversación interna, mientras que algunas la vocalizan. Las razones de esta vocalización de los pensamientos internos pueden tener muchas explicaciones, que van desde el simple condicionamiento social hasta la demencia o trastornos como la coprolalia.
Una pregunta más profunda es: ¿por qué importa que veas a las personas hablar con ellas mismas? En Grecia, y en algunos otros países, a los ancianos se les permite (a) caminar por la calle, (b) pasar el rato en cafés y (c) ser un poco excéntricos si no molestan a nadie más. Este “derecho” práctico como una capacidad, en lugar de un derecho legal abstracto, es mucho más importante de lo que parece. Implica permitir a los ancianos vivir sus vidas en público, y tolerar sus acciones, que en ocasiones pueden ser inusuales.
En algunos países, las personas mayores o ligeramente “extrañas” son básicamente invisibles, encerradas en sus hogares o en sus instalaciones de atención especial, lejos del contacto social informal tradicional. Este alejamiento de los ancianos no es necesariamente un acto deliberado. Ocurre por defecto en países con culturas de automóviles altamente integradas, porque las personas muy viejas o “extrañas” no pueden conducir, y las distancias a los cafés locales son demasiado grandes para que puedan caminar. Muchos planificadores urbanos son muy conscientes de la estratificación y la exclusión social creadas por el uso de automóviles para hacer todo, y los efectos negativos sobre la cohesión y la tolerancia social entrenada. En términos más concretos: si uno se ve obligado a ver a las personas mayores que hablan en cafés todos los días, rápidamente se entera de que son inofensivos. Incluso se podría comenzar a entender que alguna vez fueron jóvenes y que representan una versión futura probable de uno mismo.
Si bien las desventajas para las personas mayores causadas por la expansión urbana son difíciles de cambiar rápidamente, la perspectiva de vehículos autónomos generalmente disponibles puede comenzar a marcar una diferencia para ellos. Para ellos, tal tecnología significa mucho más que liberar un poco de tiempo de viaje, significa poder moverse en absoluto.
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