Aquí hay algunas experiencias extrañas que he tenido: la ventaja o la desventaja es personal.
1. No bebo, pero acompañando a amigos a un pub, a menudo me cardan, es decir, me piden una identificación. A veces muestro uno, a veces vuelvo la cabeza y muestro mi cabello gris, a veces me voy. (Los grises, según me han dicho, parecen reflejos, ¡suspiren!)
2. Los jóvenes de 20 años me golpeaban: generalmente los ignoro, pero con la práctica he cultivado un lenguaje corporal cerrado que frustra a la mayoría pero a los extrañamente determinados. El niño más pequeño que intentó coquetear conmigo en el tubo tenía unos 14-15; Tenía alrededor de 28 años y tuve que rechazarlo muy gentilmente considerando que todo el entrenador estaba escuchando.
3. Una mujer en un café indio de aquí me contó cómo las articulaciones parecen ir con la edad (“a mediados de los 30”) y que lo descubriré cuando crezca. No tuve el corazón para decirle que era mucho mayor de lo que pensaba o era. Uno puede ver de cerca los prejuicios relacionados con la edad de las personas cronológicamente más jóvenes (tanto peyorativos como no) si creen que uno es más joven de lo que uno realmente es.
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4. Dos veces, durante la cena en un restaurante de lujo con dos de mis antiguos compañeros de clase y su hijo de 14 años, se les dio un menú de bebidas alcohólicas, y al niño y yo nos dieron el benigno sin alcohol. Fue gracioso por primera vez. También fue gracioso para el niño la segunda vez.
5. La semana pasada en el tren, una mujer parada frente a mí me miró todo el tiempo. Llevo gafas de sol para que ella no pueda ver que yo pueda verla. Cuando nos bajamos en la terminal, ella me preguntó si mi cabello era prematuramente gris. Muy poco el comportamiento de Londres este. Me quité las gafas de sol y le pregunté si ver mi cara cansada cambió por completo su opinión. Ella se disculpó profusamente y se escabulló.
Pero “mirar” ni siquiera importa. Una fabulosa Quorette que tuve el placer de conocer en persona recientemente me contó de lo que escribí aquí, ella había pensado que yo era mucho más joven. No la he nombrado, pero es su privilegio si lo desea 🙂