No. El acto de llamar por teléfono a una persona es simplemente hacer uso de la tecnología disponible. La cuestión filosófica de si esto es o no inherentemente un acto egoísta se vuelve irrelevante, porque el destinatario no está obligado a atender la llamada.
Lo que es egoísta es la presunción de que debido a que uno ha llamado por teléfono, el objeto de su interés está obligado a responder en ese momento. Este no es el caso.
Estoy de acuerdo con Michael Boevink, la decisión de apagar el teléfono es absolutamente una elección privada, y todos tenemos el derecho de hacerla. Esto es, de hecho, muy ‘vieja escuela’. Los teléfonos son para la comodidad de sus propietarios, no para la comodidad de quienes desean llamarlos. Puedo elegir tener un teléfono y nunca usarlo. Puedo elegir tener un teléfono y no darle el número a nadie más, o dar el número solo a mi madre y a mi clérigo, o solo a mi clérigo, si no puedo soportar a mi madre.
Por cierto, no contestar su teléfono, apagar su teléfono o revisar sus llamadas es perfectamente educado. Son el equivalente moderno de que un mayordomo diga que la señora “no está en casa”. El hecho de que usted esté, en realidad, físicamente en el palacio, o la casucha, no importa ni uno solo. ¡Usted tiene derecho a no recibir visitas, o incluso a este visitante en particular! (Pero, por el amor de Dios, no permita que el mayordomo permita que el visitante ingrese, vaya a hablar con usted y * luego * vuelva a decir que no está en su casa; eso es horrible.
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