Por supuesto que lo son.
Consciente o inconscientemente, todos tenemos prejuicios, no importa cuán pequeños sean.
El juicio y los prejuicios no son el enemigo, el odio y la desigualdad son el enemigo. Mientras tu diálogo interno no se convierta en acción destructiva, tus pensamientos no son asunto de nadie, sino tuyos. Hacer juicios sobre los demás es una forma natural de procesamiento de la información, cuando esos juicios se combinan con la ignorancia y el odio, sin embargo, se vuelven tóxicos.
En mi opinión, las personas deberían tratar de resolver sus conflictos internos hacia los demás, pero, nuevamente, solo usted es responsable de cómo maneja su psique.