El ego no es realmente una cosa, es parte de ti. Es la parte de ti que necesita validación y elogio externo. Es una parte muy saludable de lo que somos, ya que de vez en cuando necesitamos sentirnos reconocidos, importantes y necesarios. Se convierte en un problema cuando me convierto en una parte más grande de ti. Cuando esto sucede, te vuelves egocéntrico y raramente piensas en los demás.
En resumen, el ego no siempre es algo malo, cuando se controla y se pone bajo control, puede tener una relación sana con su ego.