Cuando las personas cometen errores, ¿cómo determinamos políticamente quién recibe ayuda y quién no?

A menudo favorecemos a aquellos terceros que sufren debido a los errores de otros, aunque no tengan control.

Por ejemplo, los pacientes de un médico malo o personas hambrientas en una tierra donde la corrupción se lleva la mayor parte de los ingresos (si considera la corrupción como un “error”).