Un error clave que los líderes siguen repitiendo una y otra vez no es reflexionar sobre lo que hacen. Esto afecta su capacidad de aprendizaje y restringe su apertura al cambio. La reflexión permite reflexionar sobre lo que hacen y lo que experimentan, y proporciona un marco para probar diferentes enfoques. En una carrera profesional, esta habilidad puede pivotar entre el éxito y el fracaso en un mundo acelerado.
Todo lo que se necesita es hacer 4 preguntas al final del día.
P) ¿Qué salió bien en el día?
P) ¿Qué podría ser mejor?
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P) ¿Qué cosa aprendí hoy?
P) ¿Qué podría haber hecho diferente?