Solo reacciona, por favor no reacciones de más.
El hecho de que haya podido “descubrir”, en sus propias palabras, acerca de la novia de su propio hijo sugiere que su hijo no le oculta nada. Por favor, no estropee una relación saludable con su hijo al reaccionar exageradamente.
No haga nada remotamente relacionado con confrontarlo, arrinconarlo, regañarlo, quitarle el teléfono, molerlo, etc.
Llegando a cómo debes reaccionar ..
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- Tengo 33 años y soy madre soltera de un hijo 8 y una hija 6. Algunos días me siento muy bien, pero sobre todo me siento como si estuviera fallando a mis hijos. Por que es
Hablar. Eso es.
Hable con su hijo normalmente. Pregúntele a sus compañeros de clase, a sus amigos, a sus maestros, a su horario, a un examen de clase que tuvo, a un picnic que realizó, a la última película que se estrenó esta semana, a la que le gustaría ir de vacaciones de verano este año … y así. Cuéntale sobre tu día. Mantener una conversación saludable. Y de vez en cuando, hable con él sobre cómo ser un mejor ser humano, cómo respetar a los demás (independientemente de su género), cómo ayudar a los necesitados, cómo aprender a diferenciar entre lo bueno y lo malo, cuando y cómo decir ‘no’ ( lecciones muy importantes para adolescentes tempranos ). En resumen, querido padre, compórtate tan normalmente como puedas.
Te das cuenta de que esto es más probable que no solo un caso de encaprichamiento. Tu hijo está creciendo. Está desarrollando nuevos sentimientos y emociones. Recuerde, no puede tratar a su hijo como su perro mascota ahora.
Simplemente no seguirá sus instrucciones y hará exactamente lo que usted le dijo que hiciera. Seguramente debe haber hecho eso cuando era más joven. Pero ahora, tu perro se ha ido y hay un gato en su lugar. No moverá su cola y te seguirá, pero te rascará la cara si intentas sostenerla cuando quiere vagar libremente.
Entonces, deja que tu hijo se explore a sí mismo. Esté ahí para él cuando él lo necesite. En tus conversaciones, suavemente haz que se dé cuenta de la importancia de sus estudios, su bienestar, un cuerpo sano. No olvides crear suficiente confianza entre los dos, para que tu hijo no te considere como su enemigo (de nuevo, ¡un proceso de pensamiento adolescente muy común! ).
¡Todo lo mejor! 🙂
¡Dios bendiga!