Los seres humanos necesitan miedo. Las reacciones emocionales negativas (como el miedo y la ira) nos advierten que estamos en situaciones peligrosas y que debemos huir, o luchar, o hacer algo para protegernos. Algo parecido al dolor físico, el dolor emocional puede ser información sobre algo que está mal.
Durante la evolución, la capacidad de miedo era adaptativa; Las personas y otros animales que eran capaces de temer tenían una ventaja de supervivencia.
Sin embargo, el dolor físico y el dolor emocional (como el miedo, la ira, la depresión) no siempre son información precisa. Cualquiera de los dos tipos de dolor puede surgir cuando no hay daño o amenaza, o persistir mucho tiempo después de que la lesión o amenaza haya desaparecido.
Creo que en la vida moderna, el miedo es a menudo desinformación.
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Robert Sapolsky hizo una comparación interesante para explicar por qué el miedo, en la vida moderna, no tiene el mismo valor que tuvo durante gran parte de la evolución. Cuando una cebra fue perseguida por un depredador, el miedo de la cebra (y su capacidad para correr) hizo la diferencia entre la vida y la muerte. Sin embargo, en la vida moderna, los seres humanos a menudo temen cosas que probablemente no sucederán, o cosas que solo imaginan que podrían suceder, o cosas malas que molestan pero que en realidad no amenazan la vida (como un trabajo difícil).
En la actualidad, tener miedo de que su jefe en el trabajo realmente no tenga mucho valor de adaptación (a menos que lo motive a buscar un mejor trabajo). El estrés constante debido al miedo (o la ira) puede dañar el cuerpo, especialmente el sistema inmunológico y cardiovascular, y puede acortar la vida.
Cuando el miedo es excesivo y prolongado (y particularmente cuando es información incorrecta, porque ya no estamos en una situación en la que el miedo es útil), se convierte en un problema en sí mismo.
Necesitamos emociones positivas (amor, alegría y satisfacción) así como emociones negativas (miedo, enojo y depresión). Sin embargo, las emociones positivas no son tan relevantes para la supervivencia básica; están relacionados con la prosperidad, es decir, hacerlo mejor que no morir.
Durante la evolución, y particularmente en un mundo que tenía más peligros físicos que amenazaban la vida, el miedo era altamente adaptable. El miedo era necesario para sobrevivir durante la evolución, pero a menudo no es adaptativo en la vida humana moderna.
(Por supuesto, hay personas para quienes el miedo aún se adapta. Una persona que experimenta abuso por parte de su cónyuge teme por una buena razón y necesita actuar sobre ese miedo para salir de la situación peligrosa).