Proporcionaré algunos ejemplos personales.
- Pensé que había impregnado a mi ex novia. Hasta que tuvo su período, tuve noches de insomnio llenas de miedo preguntándome si estaba embarazada. Nunca la olvidaré diciéndome que no estaba embarazada.
- El doctor me dijo que yo era bipolar. Entendí tener depresión. Bipolar fue una gran incógnita para mí. Era una tierra que nunca había atravesado. No sabía qué esperar. El miedo cubrió mi cuerpo como espesa mantequilla de maní.
- Caminé por una calle a altas horas de la noche sin apenas luces. Seguí escuchando y viendo cosas. Sabía que mi mente me estaba jugando una mala pasada. Pero no podía dejar de tener miedo de que algo malo me sucediera.
- Golpeé a un hombre y una mujer en una motocicleta con mi auto. No recuerdo si la luz era verde o roja. Tenía 16 o 17 años. La mujer estaba tendida en el cemento después de volar por el aire. Tenía miedo de que la matara. También me asustaba lo que mi padre me haría.
- Me mudé a Taiwán en 2000 para enseñar inglés. Necesitaba un examen médico para obtener mi certificado de residente extranjero (ARC). Este hospital afirmó que pasé todo, pero mi caca tenía demasiadas bacterias. Me dieron medicamentos para disminuir el recuento de bacterias. Unas semanas más tarde, dijeron que todavía tenía demasiadas bacterias en las heces. Estaba asustado de mierda. Si no pasara la prueba, tendría que regresar a los Estados Unidos.
Historia ampliada de la caca: no quería irme de Taiwán. Por suerte, encontré un médico independiente al lado de un metro. Ella envió mi taburete a un laboratorio para ser probado. Los resultados mostraron que mis heces eran normales sin demasiadas bacterias. Tomé la prueba al hospital. Afirmaron que no tenían que aceptar o honrar los resultados. Le hice una simple pregunta. “¿Este resultado de la prueba de laboratorio firmado por el laboratorio y mi médico independiente es falso?” Una semana después, recibí mi ARC.