La sociedad occidental contemporánea enseña a los hombres que su único valor proviene de lo que logran: dinero, automóviles, casas, esposas de trofeos, etc.
Algunos hombres han aprendido que no valen nada a menos que puedan conquistar a muchas mujeres. El alarde de la cantidad de mujeres que han tenido aumenta su valor a los ojos de muchos hombres y mujeres.