Pensé en algunas posibles razones.
- Podrías haber tenido un incidente de la infancia temprana olvidado hace mucho tiempo donde un gato te atacó. Ser abofeteado por un gato cuando eras un niño pequeño probablemente sería algo que habrías olvidado conscientemente, pero podrías recordar el sentimiento de “Los gatos son malos”. El gato ni siquiera tendría que haber sido realmente malo, podría se han estado defendiendo de un niño que lo estaba lastimando tirando de su cola, pero un niño pequeño no lo sabría necesariamente.
- Los gatos se ven presumidos Amo a los gatos, pero se ven demasiado engreídos, y eso podría irritar a alguien.
- Alguien te decía que los gatos eran malos. Si, por ejemplo, tu madre siguiera diciendo “¡Los gatos son desagradables!” Mientras ustedes caminaban junto a un gato, podrían considerar sus puntos de vista como propios.
- Tuviste algunas experiencias no traumáticas pero molestas con los gatos hasta el punto de que ahora tienes una reacción pavloviana de disgusto hacia ellos. Por ejemplo, un grupo de gatos salvajes intactos se mantuvieron fuera de su apartamento debido al calor, lo que lo mantiene despierto.
- Algo sobre la forma en que se mueven te asusta.
- No sabes lo suficiente sobre el lenguaje corporal de los gatos para saber lo que están sintiendo o planeando, y eso te lleva a sospechar de ellos.
Desaprobar a los gatos no te convierte en una mala persona de ninguna manera, forma o forma. Sin embargo, si usa este disgusto como una razón para dañar a los gatos de alguna manera o para presionar a las personas que conoce para que entreguen a sus mascotas, eso lo convertiría en una mala persona.