“Egoísta” es un juicio que no podemos hacer, ni siquiera acerca de nuestros propios hijos. Las elecciones que hace tu hijo son entre él y Dios. Puedes guiarlo y aconsejarlo, pero no puedes juzgar lo que hay en su alma.
Ahora, decir algo como eso demuestra, claramente, que no está listo para cumplir una misión. Ese tipo de servicio requiere un compromiso profundo y total, de modo que el dinero no sea su consideración. El problema puede ser con su testimonio de la iglesia, o su testimonio de servicio, o simplemente con su disposición al sacrificio por las cosas de Dios. Sea lo que sea, llamarlo “egoísta” es contraproducente. Probablemente, lo mejor que puede hacer es determinar cuáles son sus sentimientos acerca de la iglesia y considerar en oración cómo puede fortalecer su testimonio. Si llega a un lugar donde quiere servir en una misión, esa decisión tendrá que venir de él, nadie más.