¿Cuál fue tu historia de viaje más memorable?

La experiencia más romántica que tuve no involucró a un solo individuo, en realidad, sino a un entorno que estuvo a la altura de su reputación: la Escalinata Española de Roma. Recuerdo que me senté con ellos, en 1986, y compartí botellas de vino, queso, todo tipo de comida, con completos extraños. ¡Recuerda, esto es en los días previos a los tejados! La gente tocaba guitarras, y sin duda alguna se dispararon en parejas. Pero el sol tardó una eternidad en ponerse, y fue una tarde suave y cálida. Recuerdo la música, el vino, la comida y una amistad que iba más allá de lo que jamás había experimentado. Habían tantos idiomas que se hablaban allí, y muchos de nosotros no podíamos comunicarnos en nada más que una oferta de un trozo de pan y queso. Pero siguió y siguió y siguió: la velada más larga y suave de mi vida.