Algunas veces digo algunas cosas en voz alta cuando estoy solo, pero soy consciente de que estoy hablando conmigo mismo todo el tiempo. Es solo mi forma de organizar mis pensamientos.
Tú, por otro lado, parece estar describiendo un problema diferente. Estás hablando con gente imaginaria y parece que olvidas que no son reales. Ser incapaz de distinguir la diferencia entre la imaginación y la realidad, aunque sea por poco tiempo, podría ser un signo de que algo perturbador está sucediendo en tu mente.
Lo mejor que puede hacer en este momento es hablar con alguien que lo abordará sin pánico innecesario, pero con conocimientos y herramientas para manejarlo, por ejemplo, un terapeuta.