Los deportes son un drama en el que puedes elegir al protagonista y el resultado no está predeterminado. Cómo alguien puede amar el drama pero odiar los deportes es difícil de entender.
Además, creo que, quizás de manera inconsciente, apreciamos que los deportes son una de las pocas formas de competencia humana en las que el campo de juego está cerca del nivel. Todo el dinero, el poder, el nepotismo y el privilegio racial en el mundo no te harán correr más rápido ni elevar tu promedio de bateo.