Por supuesto que sí, y todos los demás deberían hacerlo. Tratar de complacer a todas las personas es una tarea ingrata, imposible y sádica. ¿Por qué molestarse? Agradezco a los que lo merecen, y el resto puede encontrar a alguien más para poner sus cargas. Muchas veces, la gente nos quiere cuando somos: obedientes, generosos, desinteresados, amables y aceptando todo su abuso. Cuando llega el día en el que decimos “ya es suficiente”, es cuando aprendes quiénes son realmente tus amigos y simpatizantes. Tengo algunos parientes que detestan mis entrañas. Ya no me importa. Me odian porque les informé que no soy su pequeña marioneta con una cuerda y me defendí. Hay cuatro miembros de la familia que son abusadores completos. Uno de ellos es el líder de los anillos, una mujer. Cuando finalmente tuve suficiente de su comportamiento y le dije exactamente lo que pensaba, ella decidió involucrar a los demás, y todos se pusieron de mi lado. Estos cuatro son los más superficiales, falsos, melodramáticos, egoístas y vengativos que jamás he tenido el disgusto de conocer. Tomó muchos años, pero al final vi quiénes son realmente.
Ser odiado por ellos no me molesta en absoluto. Parece darles una razón para vivir.