Obtengo unas gotas de “Rescue Remedy” (google) del Dr. Bach en mi lengua, respiro lento y profundo y me convenzo a mantener la calma. ¡Funciona para mi!
Por cierto, me encantan los aeropuertos. No cuando tengo que insistir para controlar directamente el control de seguridad, odio eso. Pero me encanta tener tiempo para algo de comida y, más tarde, tiempo para simplemente sentarme relajándome y mirando todo el alboroto. Todas esas personas, pensando en las historias detrás del viaje para cada una de ellas. Lo mejor es ver a las personas sonriendo y viéndose felices cuando conocen a sus seres queridos. Y un poco romántico ver a una pareja tener todas las dificultades del mundo para despedirse. Lo prometo, no lo miro fijamente.