Sí.
A veces, las amistades se hacen más fuertes. He tenido un amigo durante 20 años (desde que tenía 6 años) y perdimos el contacto por un tiempo, pero tan pronto como volvimos a estar en contacto, fue como si no hubiéramos tenido ese momento. Nos hemos convertido en madre y, aunque no nos vemos tanto, tenemos un vínculo que no podemos destruir.
Otros amigos nos separamos, tomamos diferentes caminos en la vida y no pudimos seguir siendo amigos cuando nos desviamos, esto fue por su parte y no por la mía.