Es una manera de hacer la vida más grande y más valiosa. Como en, hay mucho más para mí de lo que parece. Uno de estos escenarios es: yo y mi modesta colección de sellos. Me encantan los sellos y me encanta coleccionarlos. Me conecta con el mundo de una manera que me fascina. No es mucho pero es todo lo que necesito.
Otro escenario: yo y mi colección de bienes raíces. Soy dueño de toda la tierra desde el río hasta el océano. Es una parte justa del mundo y debería ser tratado como un importante accionista del mundo. No puedo esperar para obtener más y no me detendré hasta que sea dueño del universo.
En ambos casos hay una expansión del yo. En el segundo caso, ninguna cantidad de expansión es suficiente, es una adicción, un pozo sin fondo. El primer caso podría considerarse sano, el segundo no tanto. En cada caso, aprendemos algo sobre el carácter de esa persona, pero son completamente diferentes. Así que la necesidad de coleccionar cosas no es lo mismo en todos. Pero una cosa en común con ambos casos es que cada coleccionista quería ser más de lo que era. No solo quería más, sino ser más, ser más grande. Quizás esta es una forma de volverse un poco más inmortal. Puede que muera, pero mi colección de sellos seguirá aquí.
Tengo un amigo que recoge trenes de juguete y no le quitaría sus trenes por nada. Él gana mucho disfrute de su afición. Disfruto viendo sus trenes correr alrededor de la pista y el paisaje que él ha construido y disfruto su disfrute. Creo que si supiera que iba a morir, trataría de entregar su colección de trenes a un chico merecedor. Como es, él regala la mayor parte de lo que ya tiene. Él está en una categoría diferente de coleccionista.