En términos de amigos y conocidos, diría que querer tener siempre la razón es un gran cambio. De manera similar, si la persona siempre insiste en sus propias creencias y no acepta otro punto de vista, esa es también una cualidad que me resulta difícil de aceptar. En ambos casos, la persona muestra signos de tener una mentalidad estrecha y una incapacidad para adaptarse, algo que me cuesta mucho aceptar.
Para los extraños, mientras tanto, tengo un problema con las personas que caminan en público con los ojos pegados a sus teléfonos inteligentes. Me refiero a aquellos que caminan sin mirar a dónde van porque están muy ocupados enviando mensajes de texto. Peor aún serían aquellos que están parados en medio de una acera ocupada, escaleras, etc., mensajes de texto ocupados en sus teléfonos. Deben al menos moverse hacia un lado en lugar de estar en el camino de otras personas.