¿Estaría Adolf Hitler orgulloso o celoso del poder que tiene ahora Angela Merkel sobre Europa?

Se sentiría bastante humillado, marginado e ignorado. Alemania tiene más poder e influencia que él y ella lo logró sin disparar, sin asesinar, esclavizar y explotar a nadie.

Se sentiría bastante odiado. Dos generaciones de alemanes trabajaron todos los días para traer a Alemania de una entidad postrada, destruida y dividida con la marca de Caín en su frente a una nación reunificada que ya no se teme y cuya opinión sus antiguos enemigos escuchan con respeto. No gracias a él.

Hitler siempre fue sobre Hitler. Se preocupaba por Alemania en el sentido de que se preocupaba por lo que Alemania podía hacer por él y no al revés. El error de una generación de alemanes es que pensaban que él se preocupaba por ellos. Hitler, si estuviera vivo hoy, sería un hombre muy viejo y muy enojado. Estaría muy enojado de que su propia gente le hubiera dado la espalda a su patriotismo, a su fe cristiana, a su antisemitismo. Era un “patriota” que destruyó completamente su país y traicionó todo lo que era bueno sobre su país. Era un cristiano que predicaba un evangelio de odio. Convirtió a su país, que durante generaciones había sido para los judíos una tierra prometida de tolerancia e integración, en segundo lugar solo en los Estados Unidos, en un infierno.

Las generaciones de alemanes que odian y desprecian todo lo que representó para reconstruir a Alemania como una potencia mundial y el líder de Europa. Los neonazis y los skinheads que lo idolatran no podían construir un castillo de arena.

Ella no tiene ese tipo de poder en absoluto.

Alemania es el principal poder de Europa, sí, pero lo hace a través del consentimiento activo de sus vecinos y socios. Está incrustado de forma profunda y aparentemente irrevocable en un marco paneuropeo que, aunque puede influir, no puede controlar. Trata a sus vecinos, especialmente a Polonia, con respeto, es multicultural y abierta al mundo, y rechaza los crímenes del pasado.

Hitler se horrorizaría por lo que le sucedió a su Alemania. Sería como si sus sueños de hegemonía alemana hubieran sido, desde su perspectiva, cruelmente retorcidos.