Los lectores voraces (me identifico con este grupo) tienen una tendencia a acumular y recopilar sus libros, como a discutirlos con otros. Si esos otros no han leído el libro en cuestión, con gusto lo tomarán prestado para poder intercambiar. Los espíritus afines tienden a hacer esto.
Alquilar los libros está fuera de discusión, ya que lo más probable es que lo desechen en lugar de pedir algo a cambio.