Incluso si es egoísta, déjalo ser. Al menos tomas una postura por ti mismo para tomar una decisión. Esto demuestra lo considerado que eres de los demás. La lección básica de la vida que debemos aprender es hacer un esfuerzo consciente para recordar que debemos coexistir con el resto de la sociedad. Si aprender las lecciones de la vida es egoísta, seamos egoístas.
Si podemos hacer frente a nuestros propios errores, ¿cuál es el daño de hacer frente a los errores de otros? Nadie es perfecto. La idea de perdonar a las personas proviene de esta verdad de que NADIE ES PERFECTA. Al perdonar a otros, aliviamos nuestro propio estrés. Sí, de esa manera somos personas egoístas y perdonadoras.
Perdonar a las personas es una fórmula mágica para lograr una vida feliz y constructiva. Desarrolla una filosofía positiva y ayuda a eliminar nuestros miedos. Sin ella, viviremos en la ansiedad y la depresión. Perdonar a los demás no es solo una idea. Es una empatía innata e innata con la que nacemos. Es un nervio divino que se coloca en la parte superior del cerebro para dictar y regular nuestro espíritu, mente y cuerpo para perdonar a las personas. Es una expresión de cariño. Podemos tener una mente en forma solo cuando podemos perdonar a las personas. Si hacerlo es egoísta, sé egoísta. No te arrepentirás. Toma mi palabra para eso.