En primer lugar, no todos cantan. La mayoría de nosotros nacemos con cuerdas vocales, y mientras algunos de nosotros cantamos, algunos de nosotros decidimos no hacerlo. Además, el acto de cantar se puede ver como una extensión de algo para lo que estamos diseñados biológicamente (la comunicación mediante nuestras voces).
La capacidad de tocar instrumentos musicales, por otro lado, no es algo con lo que los humanos nacen. En otras palabras, nadie puede levantar un instrumento por primera vez y comenzar a tocarlo con habilidad. Uno tiene que comenzar a intentar aprender y jugar uno, antes de poder hacerlo correctamente o en algún grado “aceptable”. Las personas que estén interesadas o que hayan tenido interés en tocar un instrumento pueden tocarlo. Las personas que han pasado algún tiempo intentando jugar uno pueden hacerlo. Las personas que no desean tocar un instrumento … bueno, no lo hacen.