Estamos empezando a aprender que ciertas aversiones están realmente codificadas en nuestro ADN, tomando la forma de heurísticas en el cerebro. El miedo a las serpientes y las arañas son dos de ellas, y con razón, dada la letalidad de algunas serpientes y arañas.
Las fobias son enfermedades mentales de bajo grado que llevan estas aversiones instintivas a un extremo disfuncional.