Es una tendencia humana. Cuando te gusta algo, siempre quieres que sea recíproco y cuando eso no sucede, te confundes y empiezas a dudar de ti mismo.
Pero es al revés también. Si sabes que alguien está enamorado de ti y si de repente esa persona no muestra interés (antes se mostró), nuevamente te confundes y empiezas a dudar de ti mismo.