El fundamento mismo de cualquier acción que realicemos en un cuerpo material, sea criminal o no, es nuestro deseo de hacerlo. Actuaremos siempre de acuerdo a nuestros deseos. Los deseos no solo aparecen en nuestras cabezas de la nada. Nuestros deseos actuales son cultivados y alimentados durante muchas vidas.
Dios describe la forma en que desarrollamos ciertos deseos en el Bhagavad Gita.
Krishna dice:
Mientras contempla los objetos de los sentidos, una persona desarrolla un apego por ellos, y de tal apego se desarrolla la lujuria (deseos), y de la lujuria surge la ira. – Bg 2.62
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De la ira surge la ilusión completa y de la ilusión el desconcierto de la memoria. Cuando la memoria está desconcertada, la inteligencia se pierde, y cuando la inteligencia se pierde, uno vuelve a caer en la reserva de materiales. – Bg 2.63
Arjuna pregunta:
Oh descendiente de Vrishni, ¿por qué se impulsa a los actos pecaminosos, incluso de mala gana, como si estuvieran comprometidos por la fuerza? – Bg 3.36
Krishna dice:
Es solo lujuria, Arjuna, que nace del contacto con el modo material de la pasión y luego se transforma en ira, y que es el enemigo devorador de este mundo que todo lo devora. – Bg 3.37
Como el fuego está cubierto por el humo, mientras que el espejo está cubierto por el polvo, o cuando el embrión está cubierto por el útero, la entidad viviente está cubierta de manera similar por diferentes grados de esta lujuria. – Bg 3.38
De este modo, la conciencia pura de la entidad viviente sabia queda cubierta por su enemigo eterno en forma de lujuria, que nunca se satisface y que arde como el fuego. – Bg 3.39
Los sentidos, la mente y la inteligencia son los lugares sentados de esta lujuria. A través de ellos, la lujuria cubre el conocimiento real de la entidad viviente y lo desconcierta. – Bg 3.40
Por lo tanto, Oh Arjuna, el mejor de los Bharatas, desde el principio frena este gran símbolo del pecado [lujuria] regulando los sentidos, y mata a este destructor del conocimiento y la autorrealización. – Bg 3.41
Los sentidos de trabajo son superiores a la materia opaca; la mente es más elevada que los sentidos; la inteligencia es aún más elevada que la mente; y él [el alma] es aún más alto que la inteligencia. – Bg 3.42
De este modo, sabiendo que uno mismo es trascendental a los sentidos materiales, la mente y la inteligencia, Oh, Arjuna poderosamente armado, uno debe estabilizar la mente mediante la inteligencia espiritual deliberada [conciencia de Krishna] y así, por la fuerza espiritual, vencer a este enemigo insaciable conocido como lujuria. – Bg 3.43