La amabilidad es uno de los cinco grandes rasgos de la personalidad. Cuando está alto, reaccionas mal al conflicto y la ira y tratas de suavizar las cosas. Algunas personas son altas en este rasgo.
La amabilidad puede ser mala, ya que tiende a suavizar los problemas a corto plazo en lugar de enfrentamientos duros que pueden resolverlos a largo plazo. Por ejemplo, las mujeres altas en este rasgo a menudo se convierten en facilitadoras.
Debido a que las mujeres tienden a ser mucho más altas que los hombres, la mayoría son menos reacias a negociar duro por un salario inicial más alto o un aumento, lo que es un factor en la continua brecha salarial. (Las mujeres que eligen trabajos con salarios más bajos y menos exigentes, como enseñanza, cuidado de niños, ventas minoristas y enfermería, son otras)